NO AL FRACKING
La “solución” con la que ha dado la búsqueda de combustibles
alternativos intenta introducirse en Europa.
La
fractura hidráulica (o fracking) es el proceso por el que se obtiene el gas de
pizarra del subsuelo. Consiste en perforar hasta 4 kilómetros de profundidad y
después continuar un pequeño trecho más en horizontal. Después, se mete por el
agujero una mezcla de agua dulce (más de 100000 litros, que darían de beber a
1000 europeos al año) arena y un cóctel de hasta 600 productos químicos
diferentes, que penetra en las profundidades de la Tierra y disuelve la capas
de pizarra, haciendo subir por el tubo perforado las burbujas del gas. Hasta
ahí bien, porque se saca mucho dinero; pero ahora viene lo malo. Ese cóctel de
productos químicos contamina todo lo que toca, hasta el punto de envenenar el
agua que llega a las casas de los alrededores, en la que quedan disueltos gases
inflamables, productos tóxicos, etc. Por muy extraño que parezca, EL AGUA LLEGA
A PRENDERSE FUEGO por los gases inflamables que lleva disueltos.
Aquí, en Cantabria, estamos totalmente en contra
de esta técnica, porque tendría resultados desastrosos. Sin embargo, el
Gobierno del Estado la apoya, y ha planeado modificar la Ley de Hidrocarburos para que,
convirtiendo en accionistas a los propietarios del terreno donde se ponga el
pozo de extracción, la gente se deje convencer y permita el uso de la fractura
hidráulica.
Nuestra opinión: Jamás
debería haberse empezado extraer gas así. Debemos apostar por formas de
conseguir energía más respetuosas con el medio ambiente, como los
aerogeneradores, y no por opciones tan destructivas y contaminantes, por mucho
dinero que den.